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En Ferreñafe, las personas de más edad cuentan que existe otro pueblo Llamado "Ferreñafe Viejo", que está ubicado en las faldas del cerro "Chaparrí", al este de la actual ciudad, pasando una columna de colinas, entre los cerros "Venado" y "la Cháñame", esto relataba Gerardo Bayona, famoso narrador de cuentos quien recorría las campiñas de "el Alto", "Luzfaque" y "Huanabal". “Ferreñafe Viejo” está encantado, se ven ruinas de casas, de canales, la gente ha sido "comida" (encantada) por el cerro "Chaparrí"', viven adentro; ahí hay casas, calles, carros, nunca anochece siempre es de día. Las casas, camas, sillas, platos, tazas, cubiertos, manteles, ollas, todo es de oro; el collar de los perros es de oro, las piedras del empedrado de las casas es de oro. Esta ciudad está en poder del diablo, él reina ahí, él es el dueño de todo. ¿Cómo se encantó? Dicen que hay una iglesia, igualita a la nuestra, y se encantó porque nadie se concentró en Dios. Cuentan que cuando el sacerdote alzaba la Hostia, entró un perro negro, todos voltearon a ver y se encantaron, no tuvieron fe en Dios, prefirieron distraerse con el Diablo. Por Mayascón hay un hueco en el cerro, ahí existe una vereda empedrada. Si eres inocente, no buscas la ciudad, no eres ansioso por el oro, llegas a la cuidad; si no es así, encontrarás murciélago, oscuridad. Al entrar a la cuidad hallarás un pueblo igual al nuestro, las casas, las calles, las personas, todo es igual a lo que existe en el actual Ferreñafe, pero éstas tienen rabo; son iguales a las personas que viven en Ferreñafe, hay uno igual a tí, con tu misma ropa, tu cara, es como mirarse a un espejo, pero él tiene rabo, tú no. Al ingresar a la iglesia observarás al cura alzando la hostia y a los feligreses que se han quedado observando al perro, están ahí inmóviles. Cuando camines por el bosque de algarrobos acompáñate de un perro o un burro, sus ladridos o rebuznos te salvarán, sus gritos asustarán tu alma y decidirás salir del. Pueblo, de no ser así te quedarás. No te olvides de recoger el carbón que se encuentra al lado derecho de la entrada y la ceniza que se encuentra al lado izquierdo, cuando más te alejes de la ciudad tu alforja pesará más, el carbón se irá convirtiendo en oro y la ceniza en plata. Si te da ansias y deseos de volver a llenar tus alforjas con oro y plata, la puerta que buscas no la encontrarás, el cerro estará cerrado, el oro no es para los ansiosos.